5/31/2007

Soy un sueño

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Liliana Varela

Cúmulo de neuronas de un sueño soy
Creadoras del mundo en el que habito,
En castigo recluida al infinito
Difusa en débil éter, siempre yo estoy.


Destilo llanto y pena por donde voy
Irreal nube impetuosa, acto maldito
al viento le pregono, cruel delito
del inconsciente vivir en eterno hoy.


Semilla sin destino, sin mañana
En laberinto presa: sin salida,
dibujo en la fría tumba una ventana


desgarro el alma entera cual suicida,
enfurecida grito cual insana
cayendo en la zozobra desvalida.


Liliana 2007

Inevitable

Ma. Cristina Longinotti
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Perdidos ya los puntos cardinales,
ignoro adónde voy: me da lo mismo
subir o descender hacia el abismo,
porque arriba y abajo son iguales.

La derecha y la izquierda no son tales;
adelante y atrás: un espejismo;
apariencias que impone un atavismo
de siglos que nos dicta sus señales.

No intento predecir hacia qué orilla
el río de la vida me encamina
ni que habré de encontrar en el futuro.

Es inútil buscar, pues lo que brilla
raramente es aquello que ilumina.
Si hay luz, veré; si no, andaré en lo oscuro.

Cris

Palimpsesto

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Cristina Longinotti

Mi vida, palimpsesto autografiado
con el purpúreo estigma de la pena,
escribo y borro, eterna en mi condena
como un Sísifo austero y resignado.

Raspando voy las marcas del pasado
una vez y otra vez y, en la faena,
creo lavar la historia que encadena
el hoy con el ayer desdibujado.

Pero asoman, debajo de la tinta
con la que estoy narrando mi presente,
alegrías, dolores y misterios.

Y me descubro igual pero distinta,
y vengo a florecer impunemente
sobre inimaginados cementerios.

Maria Cristina Longinotti - Argentina
Muestrario de Palabras

5/19/2007

Jano

Ma. Cristina Longinotti

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Me dices que la vida está tejida
en un telar sutil: contradicciones,
opuestos, imposibles, sinrazones
nos enfrentan y ganan la partida.

Me dices que el azar es la medida
por la que han de pasar nuestras razones;
y mis certezas se hacen ilusiones
y el encuentro se torna despedida.

Hoy amistad, mañana entrega ardiente,
pasado no lo sé: esquivo y tierno,
caliente y frío, cándido y procaz.

Me arrojas a un suplicio recurrente
que me asesina el alma en este infierno,
Jano bifronte, amor de doble faz.

Desilusión

Blanca Barojiana

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Aún soy la tierra que pisaste un día,
y dulcemente se ablandó a tu paso.
La luna soy que se asomó a tu ocaso
y te ofreció su trémula luz fría.
Bien poca cosa fuí. ¿Es culpa mía
si no te di calor? Dime si acaso
puede ofrecer el aura del fracaso
más que un triste remedo de alegría.
Mas, mira: retornó la primavera;
¿no sientes el milagro de su brisa,
cómo se estalla en brotes y corolas?
Si al mismo corazón que no te espera
se le ha brotado adentro una sonrisa
sangrante como un llanto de amapolas.

Blanca Barojiana

5/14/2007

Soneto al dolor

Jorge Luis Estrella

sonetos

Yo no siento el dolor o la amargura
o la pena de ser o de haber sido
porque creo que todo lo he vivido
creando borbotones de ternura.

Lo que siento, más bien, es la locura
de no olvidar siquiera cuando olvido
y la memoria se convierte en ruído
que corrompe la música más pura.

Recuerdo a López desapareciendo,
recuerdo el genocidio y el espanto,
recuerdo pero recuerdo tanto

que me recuerdo muriendo, renaciendo,
me recuerdo en Viet Nam, en las Malvinas
y soy signo de sangre entre las ruinas.

Jorge Luis Estrella

Soneto III

Liliana Varela

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Un vaporoso sueño, me resisto
y me entrego a la pena del hastío,
impetuoso naufrago cual navío,
de astrolabio navego desprovisto.

Soy pecadora astilla de ese cristo
que a la cruz destinó feroz gentío,
llama soy, apagada en el rocío
que solloza apenada por lo visto.

Semilla sin destino: arreico cauce,
sellado laberinto, sin salida,
soledad de agonía , como el sauce.

Espectro de una vida aborrecida
en busca de una guía que la encauce
dejando así de estar adolorida.

Liliana Varela - 2006

5/07/2007

Vanitas vanitatum

Ma. Cristina Longinotti
sonetos
Nada tenemos hoy, nada mañana
y nada ayer: un cándido espejismo
nos arroja otra vez en el abismo
de nuestra soledad inerme y vana.

La realidad deforme se engalana
y, ciegos, vamos siempre tras lo mismo:
quimeras del artero ilusionismo
de un tahúr que no apuesta y siempre gana.

De nuestra fe tan solo somos dueños:
la confiamos al mundo, absurdo zoco
que ofrece, tentador, cuanto contiene.

Y nos roba, ladrón de nuestros sueños,
y es ley que, al infeliz que tiene poco,
ha de quitarle aún lo que no tiene.

M. Cristina Longinotti

PARA HACER UN SONETO.

Blanca Barojiana
sonetos


¿Difícil un soneto? ¡Oh, no, si es muy sencillo!
Has de escribir el mar, con dulce batir de olas,
píntalo de corales y blancas caracolas
y ponle luz de luna, y de una estrella el brillo.

Del trigal en verano pondrás el amarillo,
el azul de los vientos, con rojo de amapolas,
y mientras tú lo escribas, calladamente a solas,
añade el primer canto de humilde pajarillo.

Del campo las más bellas, lo llenarás de flores,
y todo ello lo cantas, lo arrullas y lo meces.
Ve a buscar una niña que sufra por amores,

y cual hada madrina, silente, se lo ofreces.
Y si ella rompe en llanto, si arrancas su secreto,
con lágrimas de amores bautiza tu soneto.

Blanca Barojiana