8/30/2007

Poco valor le das a tu poesía

A Cristina Longinotti

Poco valor le das a tu poesía,
al mar, a la paloma, a la montaña.
Hay algo que te nubla, que te engaña
y te aleja del sol de la alegría.

¿Te acordás, hace poco, yo escribía
un soneto y vos, con mucha maña,
contestabas y el grupo, que te extraña,
gozando los sonetos, florecía?.

Y dejá, por favor, que te extrañemos
porque sos imprescindible de algún modo.
Ayer, cuando leí que estabas triste,

el mundo tan complejo que tenemos
se me antojó un pantano, un simple lodo,
un cúmulo de nada, un mal chiste.

Jorge Luis Estrella

8/20/2007

Soledad compañera

Cristina Longinotti

La fría soledad se arrastra y trepa
desde mis pies incautos hasta el pecho
y, como si tuviera algún derecho,
transforma mi vergel en una estepa.

La oculto: no me gusta que se sepa
que el monstruo vive en mí y está al acecho;
jamás confesaré que le di techo
por piedad, y aún así gruñe y me increpa.

Por tener compañía, la alimento
con restos de un amor desencontrado,
manjar que la mantiene siempre alerta.

Cuando se acabe al fin el bastimento,
devorará mi corazón helado
y ya no estaré sola, sino muerta.

Cris

8/10/2007

Respuesta a Jorge

Cristina Longinotti
sonetos

Mis versos son un cris, pero los tuyos,
no menos afilados y certeros,
van haciendo nacer, como parteros
del alma, con su voz, gritos y arrullos.

Yataganes y sables, hachas cuyos
mordaces filos abren agujeros
al corazón y, tiernos enfermeros,
los curan con suspiros y murmullos.

Alfanje reluciente de maestría
que candentes dragones tutelares
custodia: esa es tu vida dedicada

a la literatura y la poesía.
Eres grande y te subo a los altares:
eres San Jorge, el santo de la espada.

Cris

Mi verdad

sonetos

Si mañana esta luz que me ilumina
se agota en el silencio de mi sueño;
si, ingrávida e inerte, me despeño
de esta vida a la vuelta de una esquina;

si mañana un relámpago asesina
el resto de mis días; si otro ensueño
se apodera del alma y se hace dueño
de mi destino ingrato y lo termina,

no me aterra alejarme de este mundo
hacia el mar del olvido y la renuncia,
de la muerte invisible y de la sombra.

Sí que ignores aún qué tan profundo
y tan ancho es mi amor, el que pronuncia
mi voz, mi pobre voz: la que hoy te nombra.

Cristina Longinotti

8/03/2007

Mudanza

Mudanza

Preparo solitaria mi valija,
ordeno los recuerdos, limpio estantes,
cubro los muebles que dejé expectantes,
recojo y guardo alguna baratija.

No es mucho lo que llevo: la rendija
del pasado es pequeña y los instantes
se me cuelan fugaces y mutantes
en la memoria incierta y desprolija.

Digo adiós y me marcho: un nuevo dueño
decidirá qué hacer, pondrá su impronta,
cumplirá los anhelos de esta casa.

Y dormirá en mi cama con mi sueño
que no supe vivir, el que se apronta
a seguir su camino. Todo pasa.

Cristina Longinotti

8/02/2007

Destino

Cristina Longinotti
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Se repite la historia cruel y astada
de mis fracasos grávidos y oscuros
goteando sangre encima de los muros
de mi vida crucial y enamorada.

Incauta, solitaria, exagerada,
me entrego, pero el don y sus conjuros
no producen efecto en los perjuros
amores que me aventan desgastada.

Me toman y me olvidan, cual rabioso
convicto sin juzgar, aherrojado
entre puertas celosas de sus trabas.

No existo, ya no estoy: el mentiroso
insecto del amor me ha devorado
y muero revolcándome en sus babas.

Cris

TRITURACIÓN DEL SONETO

Miguel Sanchez
sonetos

El soneto triturado de antemano
amarrado a los bordes del rimero
a la cara de la olla es apegado
rindiendo doble por desmenuzado.

Cocido en lento ardor se desarrolla
da pábulo a sabores conocidos
apelmazado en la templada olla
sobrado de sabor es recocido.

En la tela del juicio se derrama
coagula su rebaba almidonando
el borde del mantel que lo engalana.

Nutrido en tibia masa el organismo
el verso digestivo soportando
salido de la olla no es el mismo.


msq

Rutina

Cristina Longinotti
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Despierto en la mañana y mi trabajo
es olvidarte apenas apareces;
revives pero al rato languideces
y cada nuevo día te amortajo.

Sin horarios ni turnos, a destajo,
partera del recuerdo y sus preñeces,
hago abortar tu imagen cuantas veces
retorna el sentimiento que la trajo.

Jornada laboral paciente y dura
es esta que acomete mi agonía
confiada en acabar con la tarea.

Todo termina, incluso la locura:
lo sabré con certeza cuando un día
despierte de mi sueño y no te vea.

Cris

AL CORPIÑO DE LA AMADA

Pude ver su figura de curvas afiladas,
la línea de su boca de promiscua inocencia,
sus ojos generosos como la providencia
y unas manos ligeras, de tan libres, aladas.

Pude alcanzar sus labios con palabras guardadas
en celoso recodo regido en la inocencia
pero llama imperiosa nacida en su presencia
vencedora implacable de todas las espadas.

Su corpiño de encaje custodiaba el enigma
de pechos de alabastro que incitan al deseo,
la pasión, la premura que acaso presentía.

Cuerpo y alma traviesos de todo el paradigma
que al cabo de la ruta en mis brazos poseo
entregado y desnudo, como el amor ansía.


Silvia long ohni