5/23/2009

ORACIÓN

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Ni soy devoto, ni tampoco soy creyente;
en lo agnóstico navego con mi alma
pero leo este soneto y siento calma,
por pensar, en si soy imprudente.

La delicia de lo dicho por Susana
hace en verso esa bella melodía,
y al buen Dios le demanda sintonia
para ver si mi alma me la sana.

Es inútil el pedir que el Dios amado
le conceda ese don que le ha pedido,
pues lo tengo disgustado y malherido.

Doy las gracias que debo al ser humano;
a los dioses los declaro en el olvido
estrechando entre mis brazos al amigo..


EMILIO MEDINA MUÑOZ

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