9/28/2007

A UNA NARIZ

ESPAÑA FRANCISCO DE QUEVEDO


Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Erase un espolón de un galera,
érase una pirámide de Egipto;
las doce tribus de narices era.

Erase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.

9/25/2007

Deriva

sonetosdemuestrario


Cristina Longinotti


Me dejaste pasar. Tal vez es cierto
que el espíritu sopla donde quiere.
El alma, cada tanto, se nos muere
siguiendo un espejismo en el desierto.

Pretendes que no estoy y, como a un muerto,
tu olvido me enterró: que no prospere
ni renazca el amor ni se sincere.
Pero vivo y respiro a cielo abierto.

Quizá no volveré, quizá secunde
tu mirada mi paso y me despida
con un gesto de adiós por sobre el hombro.

Y te busco y mi norte se confunde
sobrevolándote porque, perdida,
mi brújula enloquece si te nombro.

9/12/2007

Admito la verdad, no hay más remedio:

Ma. Cristina Longinotti
sonetos

Admito la verdad, no hay más remedio:
jamás he de fingir que no exististe.
Testigo: el corazón que dividiste
y que no encuentra ya su punto medio.

El tuyo sucumbió tras el asedio,
pero nunca del todo: resististe
con la fe del fanático que insiste
en apartarse siempre del promedio.

Me contagiaste sin remordimiento
y fue mi amor tan ciego, tan carente
como el absurdo adiós de tu partida.

Pero, aunque me pesó, no me arrepiento
de esa breve ceguera incandescente
que iluminó, fugaz, toda mi vida.

9/10/2007

Miedo

Ma. Cristina Longinotti
Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


El miedo germinal siembra su duda,
la abona con prudentes precauciones,
fumiga las incómodas pasiones
y llueve su mentira sordomuda.

La semilla revienta y desanuda
su entramada raíz de indecisiones;
y, clonándose eterno en sus razones,
se replica el engaño y se reanuda.

Esparce su maldita telaraña
e inmoviliza el alma con su enorme
bagaje de sermones y consejos.

Y acaba por secar con su cizaña
el corazón que, anómalo y deforme,
oculta su vergüenza a los espejos.

Cris

No hay edad, lo conoces y lo sé

Oscar Néstor Galante.
sonetos


No hay edad, lo conoces y lo sé,
en reanudar exultantes sentimientos.
Hasta un ciego, en su penumbra, ya lo ve
cuando juntos destruímos los lamentos.

Cambian cielo, el tiempo y los momentos,
al reunirnos con clarines de ternura.
Se derriban las barreras y los vientos
se hacen brisas, disminuyen su bravura.

Rescatando del cariño la belleza,
hay verdor y frescura que apasiona,
cuando arriba, sigiloso y no nos pesa.

Aniquila avatares de tristeza.
Sutilmente muetra ideas, emociona
y el amor, rutilante, recomienza.

Oscar Néstor Galante.

9/07/2007

CONTEMPLACION

Blanca Barojiana
Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


No intentes escapar de mi mirada.
No te inquietes, ni escondas ni te ausentes.
No indagues ni rehuyas. ¿Pues no sientes
que ajeno a ti no puedo ver ya nada?

Al verse así mi voluntad atada,
las lágrimas derrama como fuentes
cordales, de deshielos impacientes.
En mí, caudal; en ti, agua remansada.

¿Qué tienes? Me preguntas. Y yo callo.
No dice la palabra más ardiente
el fuego que pupilas expresaron.

Sintiendo la pasión, tal como un rayo,
los ojos cierro al fin, hundo la frente,
temiendo si al mirarte te quemaron.

Blanca Barojiana

9/03/2007

Razón de ser

Cristina Longinotti

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

Tuve un amor hermoso como el día
que despierta a la luz de la mañana;
tuve un amor al pie de mi ventana
pero enfermó de miedo y profecía.

Tuve un amor de duelo y de agonía
y de alegre repique de campana;
tuve un nómade amor de caravana
en fugaz pero eterna travesía.

El mismo que he buscado sin descanso
me llegó, como llega nuestra suerte,
nuestro azar, nuestro don, nuestro destino.

El día que me acerque hasta el remanso
del mar de nuestra vida, que es la muerte,
sabré que no fue en vano mi camino.

9/02/2007

Plus ultra

Cristina Longinotti
Sonetos


Aún estoy aquí, de frente al mundo,
viviendo, soportando, sosteniendo
mis penas y mis soles: los que enciendo
cada día al surgir de lo profundo.

Muero y renazco igual que el vagabundo
que despierta otra vez, agradeciendo
la vida que lo acepta, y me desprendo
de la piel que vestía hace un segundo.

Como el fénix, regreso a mi tarea
de vivir, aunque no haya un solo sueño
que se nos dé completo en esta vida.

Porque soñar nos alma y nos recrea
y el gozo más fugaz y más pequeño
vale la pena la ilusión perdida.

9/01/2007

Fantasmas

sonetosdemuesrario


Cristina Longinotti

Soy mi propia y paciente fantasía:
despierto cada día y me reinvento.
Con paciencia artesana experimento
con mi desvencijada profecía.

Reconstruyo mi cuerpo en su agonía;
lo revivo y le insuflo un nuevo aliento.
Mezclo sustancias químicas e intento
revelar mi fugaz fotografía.

Pero una sombra acecha en el espejo
donde observo mi vida y se proyecta
confundiendo, engañosa, mi camino.

Y, cuanto más la miro, más me alejo
del punto en donde, eterna, se intersecta
mi vida con la tuya y mi destino.