Nos dejaste un poco, nos queda tu alegría:
tus bromas, tu sonrisa, y esa forma tan tuya
de hacer todo sencillo, tan fácil, y que fluya
la risa como llama que alumbra cada día.
Eras un niño grande, tu corazón tenía
esa especial dulzura, y suavidad que arrulla
al que sufre: cada pena la hacía suya
y jugando, entre risas, la pena deshacía.
Porque Dios llama antes, sin duda, a los mejores
quiso llevarte pronto a las pistas del cielo
para poner las nubes cual redes sobre el mundo,
y para abrir las pistas de los campos de flores,
para encender el foco del sol, rasgar el velo
oscuro, y darnos luz tu corazón profundo.
Blanca Barojiana
"El material editado en "Muestrario de Palabras" goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos."
12/24/2009
12/21/2009
En la espera.
Al calor del pecho que reclama
cual mujer que el amor pide y desea,
se oye el eco de un murmullo que pasea,
el pudor, por la encendida llama.
Ha sabido esperar en blanda cama
la llegada de un amor que la posea;
y a la luz de la hermosura vea
las delicias de tan hermosa dama.
Una flor la ha traido de mañana,
la ventura y el placer al ser de dia:
bien comienza, mi amor, esta semana.
En su sueño de delicias amorosas
ha llegado al final esa alegria
de tener en su pecho tantas rosas.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
cual mujer que el amor pide y desea,
se oye el eco de un murmullo que pasea,
el pudor, por la encendida llama.
Ha sabido esperar en blanda cama
la llegada de un amor que la posea;
y a la luz de la hermosura vea
las delicias de tan hermosa dama.
Una flor la ha traido de mañana,
la ventura y el placer al ser de dia:
bien comienza, mi amor, esta semana.
En su sueño de delicias amorosas
ha llegado al final esa alegria
de tener en su pecho tantas rosas.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
Suscribirse a:
Entradas (Atom)