3/16/2010

SONETO DE LA DESPEDIDA


¿Acaso hay un destino mejor que mis dos brazos?

¿Un futuro más alto que mi ambición de rosas?

Descuida. El alma enciende el sueño en que reposas

y hace hoguera de olvido con todos los fracasos.



Se ve ya el lacerante fulgor de los ocasos

ardido el sol y mustia la hilada de las cosas

que en la hacina del tiempo fue huerto y mariposas

devenidas memoria, fragmentos en cedazos.



Hoy que ya atardecida despierta la alabanza

y ominosa es la noche que el céfiro sentencia

es bueno apacentarse con hierba más benigna



pues poca vida queda de disfrute y bonanza

de pan tibio en la mesa, de amor y complacencia

para que al despedirse no haya lágrima indigna.









Long-Ohni

1 comentario:

Norma Estuard dijo...

¡¡¡Genial!!un beso Normy