
¿Acaso hay un destino mejor que mis dos brazos?
¿Un futuro más alto que mi ambición de rosas?
Descuida. El alma enciende el sueño en que reposas
y hace hoguera de olvido con todos los fracasos.
Se ve ya el lacerante fulgor de los ocasos
ardido el sol y mustia la hilada de las cosas
que en la hacina del tiempo fue huerto y mariposas
devenidas memoria, fragmentos en cedazos.
Hoy que ya atardecida despierta la alabanza
y ominosa es la noche que el céfiro sentencia
es bueno apacentarse con hierba más benigna
pues poca vida queda de disfrute y bonanza
de pan tibio en la mesa, de amor y complacencia
para que al despedirse no haya lágrima indigna.
Long-Ohni
1 comentario:
¡¡¡Genial!!un beso Normy
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