Pensabas que rimando te agobiabas
y veo en estos versos la destreza,
de métricas y rimas en pureza
que en verso la belleza me mostrabas.
No ibas sola, pues yo te acompañaba,
subiendo a tu castillo con presteza,
tu gesto recuerda a la realeza
del beso enamorado que te daba.
Colmillos amenazan en el aire,
tratando de morder tu blanco cuello;
mi vena les detiene tal degüello.
¿Es recuerdo de ese día por aquello ?,
pensando por la vida y por la muerte,
mis ojos aun reflejan tu destello.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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