Mi alma de tambor y de trompeta,
cual Mester muy versado en juglaria,
por ende de los tiempos saltaria,
la cama de señora muy coqueta.
Con arte a su ventana cantaria,
por verla por la noche tan despierta
que luego me arrojase de su puerta
la llave que que la misma me abriria.
En odas mi voz se desharia;
el alma de tambor y de trompeta
mostrara la mas bella melodia.
Despues de los versos y del ruido,
sintiendo mil disparos de escopeta,
me escondo de los celos del marido.
Emilio Medina M.
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