He cambiado de piel y de mirada
por amores y placeres compartidos,
que aplacaron mis quereres muy heridos
y me dejan en los brazos de mi amada.
En las lindes de mujer tan deseada,
tengo puestos los letreros de mi coto;
es mi sitio de placeres y alborotos
en amores al llegar la madrugada.
No paséis los extraños a esta casa,
que la dama no recibe visitantes,
uno goza de su amor mas importante.
Si con uñas necesito defenderla,
son las mías creciendo muy constantes
y sin piel dejaría al intrigante.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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