1/13/2012

La Mirada.


















Del amor la dulzura deseada,

y del hombre su fuerza prodigiosa;

si a una dama le ofreces una rosa

un suspiro devuelve en su mirada.




Si mi verso lograse que la amada

mostrase su carita deliciosa,

en su lecho el clavel y aquella rosa,

llenarían con amor la madrugada.




Unidos en la noche deseada,

y en sudores envueltos de belleza,

sus senos gozare con la mirada.




Mis labios recorrieron su morada,

gozando ese calor y fortaleza,

cuando aun dormitaba por la almohada.




Emilio Medina M .

 8 Enero2012.

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