11/12/2007

Espero

sonetos

Espero a no sé quién y no sé cuánto
tardará en revelarse: su misterio
me librará quizá del cautiverio
al que me ha confinado el desencanto.

Espero a no sé quién y, mientras tanto,
ejerzo mi eficiente ministerio:
mis penas voy llevando al cementerio
con la mortaja diaria de su llanto.

Espero y me sostiene la añoranza
de aquella milagrosa epifanía
que no conoce dios ni tiene dueño.

Y, cuando se marchita mi esperanza,
la soledad me da su compañía
y protege, abrazándome, mi sueño.

Cristina Longinotti

No hay comentarios: