
Primavera que enervas al sentido
y de vivos produces los anhelos
iba, en ti, un mosquito asado en celos
mas no había mosquita en su camino.
Vio a elefanta, en el claro allí vecino,
rebatirse impúdica y sin velos;
que sus carnes actuaron como anzuelos,
con su trompa en el río cristalino.
Y el pequeño se dijo: “yo me mando”,
temerario alojóse en el postrero,
y empezóle un frenético entrevero.
Ahí mordióla un caimán, traidor, nefando.
Fanfarrón dijo el bicho con agrando:
“¡Grita, perra, a mi porra de guerrero!”
@Fantasma Bet
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