Cristina Longinotti
Se repite la historia cruel y astada
de mis fracasos grávidos y oscuros
goteando sangre encima de los muros
de mi vida crucial y enamorada.
Incauta, solitaria, exagerada,
me entrego, pero el don y sus conjuros
no producen efecto en los perjuros
amores que me aventan desgastada.
Me toman y me olvidan, cual rabioso
convicto sin juzgar, aherrojado
entre puertas celosas de sus trabas.
No existo, ya no estoy: el mentiroso
insecto del amor me ha devorado
y muero revolcándome en sus babas.
Cris
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