Ma. Cristina Longinotti
El miedo germinal siembra su duda,
la abona con prudentes precauciones,
fumiga las incómodas pasiones
y llueve su mentira sordomuda.
La semilla revienta y desanuda
su entramada raíz de indecisiones;
y, clonándose eterno en sus razones,
se replica el engaño y se reanuda.
Esparce su maldita telaraña
e inmoviliza el alma con su enorme
bagaje de sermones y consejos.
Y acaba por secar con su cizaña
el corazón que, anómalo y deforme,
oculta su vergüenza a los espejos.
Cris
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