9/25/2007

Deriva

sonetosdemuestrario


Cristina Longinotti


Me dejaste pasar. Tal vez es cierto
que el espíritu sopla donde quiere.
El alma, cada tanto, se nos muere
siguiendo un espejismo en el desierto.

Pretendes que no estoy y, como a un muerto,
tu olvido me enterró: que no prospere
ni renazca el amor ni se sincere.
Pero vivo y respiro a cielo abierto.

Quizá no volveré, quizá secunde
tu mirada mi paso y me despida
con un gesto de adiós por sobre el hombro.

Y te busco y mi norte se confunde
sobrevolándote porque, perdida,
mi brújula enloquece si te nombro.

No hay comentarios: