Compenso la desidia negligente
del amor que me deja a la deriva
con una nueva historia fugitiva
que me busca y me encuentra finalmente.
Un destello de amor, un aliciente
momentáneo, un paréntesis que esquiva
a la muerte certera e incisiva
que me espía y a oscuras me presiente.
Imagino que encuentro un nuevo mundo
en cada amor que llega con su carga
de espejos disfrazados de trofeos,
pero naufragan siempre en el profundo
e infecto pozo ciego en que descarga
el utópico mar de mis deseos.
Cristina Longinotti
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