No preguntes por qué ni desde dónde
aparecí en tu vida y tú en la mía:
la inquietante y arcana epifanía
del amor no se explica ni responde.
No averigües, no estudies qué se esconde
detrás de esta incesante travesía
del éxtasis total a la agonía
de no entender el cómo ni el adónde.
Me tienes y te tengo y ya es bastante
para el río del tiempo que no aguarda
ni sabe detener su desmesura.
No investigues, no busques, que este instante
es lo que hay y el presente no se guarda:
nuestro amor es eterno mientras dura.
Cristina Longinotti
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