10/15/2007

Sin titulo

poesia

Ajena de tu amor, desheredada
del cielo de tus manos y tu boca,
la vida me resulta estrecha y poca
para tanta tristeza acumulada.

La imagen del pasado, reflejada
sobre el presente, muta y se disloca;
hoy la gema de ayer devino roca
sin brillo ni color, densa y pesada.

Aunque el tiempo reitere su saqueo,
la huella de tu piel sobre la mía
resistirá el furor de sus agravios.

Y volverá, al calor de mi deseo,
una vez y otra vez su tiranía
a marchitar, feroz, cuerpos y labios.


Cristina Longinotti

No hay comentarios: