
Como el vago y triste eco del resuello
de ese bandoneón abandonado
mi pobre corazón acongojado
derrama sus pesares sin consuelo.
Se esconde, se agazapa, se resiste,
se niega rotundo a enamorarse
decide que no volverá a jugarse
entregado a la pena que persiste.
Mas todos mis sentidos lo espolean
henchidos, en mi cuerpo de mujer
y llegados a su puerta golpean
para que vuelva el amor a crecer,
para que las heridas ya no duelan
buscando ansiosos, verme renacer.
Patricia Ortiz
--
vivir así no es vivír / esperando y esperando / porque vivir es jugar / y yo quiero seguir jugando (Andrés Calamaro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario